
Parte de nuestras plantas viven dentro de casa en invierno y, en cuanto pasan todas las heladas, intento sacarlas fuera para que reciban el sol, el tacto de la brisa y el aroma de la noche estrellada. Y entonces... ¡comienza la Magia!:
“Mamá-Aloe” expande sus hojas como una poderosa estrella de mar.
Los Papiros inauguran un festival brotando como fuegos artificiales verdes.
La Cyca estrena hojas llena de vitalidad y Todas inician su Canto A La Vida, floreceriendo. Este rosal de la foto se me había quedado olvidado bajo un árbol, y es ahora que lo he sacado a la luz solar,
que nos regala su poesía. Hay otras plantas que se quedan dentro de nuestra casa porque son más delicadas… y bueno, sí, están bien, las veo seguir con su vida de una forma “pausada, correcta y comedida”… pero sinceramente, en el salón no se produce ningún festival verde ni despliegue de pura vida de tal calibre. Veo con pena que no se están desarrollando en su pleno potencial. Es como si esta visión dijera:
“¿Quieres crecer de forma pausada, comedida y correcta, o quieres una Explosión de Salud, de Energía, de Alegría en tu vida?
Pasa más tiempo a diario al aire libre, al sol, al tacto de la brisa y al aroma de la noche estrellada. Toca la tierra con los pies descalzos.
Respira el prana, la energía vital, directamente de la fuente que es el gran Sol.”
No somos diferentes a nuestros hermanos del reino vegetal. Yo también quiero esa explosión de vitalidad en mi cuerpo.
¿Vamos fuera?
Nos vemos en Primera Línea de Prana
Myriam
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© Texto Myriam Aram
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