En el Mundo Donde-Lo-Que-No-Se-Usa-Se-Acaba-Perdiendo, a la mitad de la población le desaparecieron las orejas de no escuchar genuinamente al de enfrente, de no preguntarle mirándole a los ojos, de no atender con el oído ni el corazón a sus palabras o de interrumpirle para seguir hablando…
Por consiguiente, la otra mitad del Mundo perdió su boca.
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“Escuchar es Amar” dicen en la peli “Héctor y el Secreto de la Felicidad”.
Una vez leí que las personas solemos escuchar a los demás pensando y preparando la respuesta que les vamos a dar.
Opinando, evaluando, quizás juzgando o buscando un consejo.
Pero solo cuando nos vacíamos de todo ruido interno para escuchar a la otra persona, para estar en cuerpo y alma para ella, es cuando nuestra Luz comienza a brillar. La persona escuchada es tocada y envuelta en esa energía que la sana. Entonces sucede que esa pena, esa frustración, ese malestar que hace sufrir a la persona… puede volar lejos porque ha sido vista, escuchada y atendida por el Amor.
Inmensa es la suerte de quien cuenta con personas así en su vida, y la de quien se escucha atentamente así mismo.
Myriam Aram
