Aquel líquido frío como la noche bajó por mi garganta y siguió cruzando mi cuerpo a la velocidad del rayo.
De golpe sentí a los lobos aullar, las nanas cantadas en cientos de idiomas y el rumor de las mareas…
La Luna estaba en mi vientre.
Para hacer Té de Luna:
Llena de agua una tetera de cristal transparente o una jarra.
Añade unas hojas de té o de infusión deseadas y… deja que se haga toda la noche a la luz de la Luna Llena.
Por la mañana tendrás una bebida impregnada de sus rayos de plata.
- Fotografía: Lindsay Luna -